Damien sabe que era un barco a la deriva hasta que el rap le acogió entre sus manos.
Damien no tiene ni idea de cómo afrontar lo que ocurrirá mañana ni dónde se ha escondido su capacidad de componer. Damien solo necesita una cosa. Que ella vuelva: Gabrielle.
Que sus caminos se cruzaran parecía poco probable, pero sucedió en un autobús que llevaba a la cárcel y con una grulla de papel volando. El universo del Bronx, las pistas de baloncesto y la violencia chocó contra el Upper East Side, la fotografía y una familia que se hacía pedazos. Y llegaron las rimas en un karaoke, un grupo de amigos a los que llamaban juguetes rotos y su refugio en un viejo vagón de tren olvidado. Y ellos dos conociéndose de fuera a dentro y quedándose más allá de los huesos.
Pude que allí esté su inspiración. En lo que un día llamaron amor. Tal vez repasar los grandes éxitos de su pasado sea la solución... Aunque eso suponga regresar a su mayor pecado, cuando Damien era Damien y no el famoso Tiger Ocean.
Nº páginas: 370
Libro autoconclusivo
Editorial: Plataforma Neo
Año: 2019
Mi opinión:
Hace ya tiempo que me había picado el gusanillo de leer algo de esta autora y comprobar si sus historias son tan bonitas como había escuchado. Y sí, es el libro que tiene más frases marcadas de mi librería, aunque no todo me haya encantado.
Damien es un chico con una historia muy difícil. Proviene de una familia desestructurada en la que le ha faltado cariño por todos los lados y viviendo en el Bronx, que no es precisamente el lugar más seguro para criarse. Las decisiones que va tomando lo llevan cada vez más a un lugar oscuro del que le va a costar salir.
Mientras tanto, Gabrielle se ha criado en un entorno seguro, con mucho cariño y unas hermanas a las que adora. Pero tampoco es un camino de rosas y también sufrirá unos problemas que la llevaran a ser camarera en un local al que unos meses antes jamás hubiera entrado.
Mientras tanto, Gabrielle se ha criado en un entorno seguro, con mucho cariño y unas hermanas a las que adora. Pero tampoco es un camino de rosas y también sufrirá unos problemas que la llevaran a ser camarera en un local al que unos meses antes jamás hubiera entrado.
Y entre ambos se creará un vínculo muy fuerte.
La historia en sí no es novedosa y los protagonistas siguen bastante el patrón general de niña pija rica y chico conflictivo de color que se encuentran y se enamoran. Sin embargo, los personajes secundarios me han parecido muy complejos y bien construidos. Quizás la historia peca de ser demasiado ideal, todo muy perfecto desde el primer momento y a mí, que personalmente no me gustan las historias pastelosas, se me hacía un poco cuesta arriba leer todo lo que se querían cuando apenas habían compartido tiempo juntos. Es la primera vez que leo un libro que usa una prosa tan poética y a veces eso me sacaba de la lectura porque las frases estaban construidas de formas complicadas cuando hay formas mucho más fáciles y directas de decir lo mismo. Aún así me ha gustado la historia y ha conseguido emocionarme en un par de momentos.
Está narrado en forma de una gran carta de parte de Damien a Gabrielle en 2020 en la que le cuenta desde su punto de vista toda su vida y, de Gabrielle a Damien en 2014 con la información complementaria. En cada capítulo se van alternando dichas cartas y gracias a eso escucharemos las voces de los dos protagonistas. Esta es la parte quizás menos creíble para mí ya que la forma de escribir de los protagonistas se me hacía demasiado rara, profunda. Normalmente no escribimos cartas con unas frases tan complejas y, aunque en el caso de Damien podría justificarse por toda su historia, no encontraba explicación para Gabrielle.
Damien es un alma torturada, alguien que ha aprendido que no se merece ser amado y que actúa en consecuencia, culpándose de todo lo que sucede a su alrededor y cargando sobre sus hombros con responsabilidades que no le pertenecen.
Gabrielle, por su parte, me ha sorprendido ya que pese a haberse criado en un hogar perfecto y sin carencias, está abierta a conocer a personas muy diferentes a ella y a dejarlas entrar en su vida. Kitty y Adele, aunque son muy diferentes a su hermana, también muestran esa aceptación y me ha encantado. Pero sobre todo me ha ganado Julie, porque asume unas responsabilidades que no le tocarían y en ningún momento parece dudar de su decisión.
Por su parte, Gavin y Eva son parte fundamental en la historia y me ha encantado conocerlos.
Como ya he dicho, quizás el problema que he tenido con este libro es que era todo demasiado poético y eso me hacía sentir como que estaba leyendo algo forzado, nada natural. Las frases, lo que sucedía, las decisiones de los personajes... todo iba encaminado a algo demasiado dramático y no me suele gustar ya que no es necesario que todo vaya mal para poder tener algo bonito.
Es de estos libros en los que es mejor no leerse la sinopsis porque te estropea la mitad del libro con toda la información que da y al final eso lo que consigue es que el lector no pueda sorprenderse hasta bien entrada la historia. Pero quitando este punto, es un libro bonito y tierno que, aunque hace sufrir mucho a sus personajes, tiene momentos preciosos que emocionan.
Seguramente me anime a leer otro libro más de la autora ya que he terminado por cogerle cariño a los personajes e incluso a esta forma de narrar tan particular que nunca había leído.
¿Por cuál me recomiendas seguir? Si has leído algo más de Alexandra Roma me encantaría me comentaras que libro es tu favorito. ¡Te leo!
Hola! Bueno a mí no es que me haya encantado, considero que he leido libros mejores pero tiene frases bonitas y aunque hay mucho drama, es entretenido.
ResponderEliminarUn beso!
¡Hola! =)
ResponderEliminarNo me llama la trama pero me alegra que te haya gustado ^^
¡Un abrazo! :P
Muchas gracias Leyna!
EliminarUn beso!